Reivindico la libertad. Creo en el poder del arte como motor de cambio en todos los aspectos, desde los más creativos a los más prácticos y cotidianos. Mi producción artística reflexiona sobre las relaciones entre historia, memoria, géneros e identidades partiendo desde el paradigma de la interseccionalidad. Mi trabajo está relacionado con la valorización y la voluntad de superación de los seres humanos, en especial de la mujer, que forma parte de mi obra de manera intrínseca, porque como mujer que soy, vivo, miro y creo. Entiendo el arte como un diálogo en el que interactúo con los demás de forma directa o por medio de mis obras.

Cuando trabajo con personas en situación de vulnerabilidad, lo hago pensando en su empoderamiento, integración y visibilización. Enseño el dolor con sinceridad explícita, delicada y suave e invito a mirar y escuchar para vivir experiencias regeneradoras. Me sirvo del oro, que rescato del arte sacro a través de la filosofía japonesa del Kintsugi y lo traslado a lo contemporáneo impregnándole de nuevos significados resultantes de los hitos de mi investigación sobre control, poder, resiliencia e idiosincrasia. Busco las conexiones entre lo íntimo y público, entre lo privado y global, para convertir las historias personales en Historia mediante la reconstrucción de una nueva memoria colectiva. Para hacerlo, me valgo del uso de la metáfora y del carácter simbólico de los objetos. Durante los procesos de creación doy prioridad a la intención con la que articulo los resultados frente a los procedimientos empleados.

Utilizo la sinergia entre artes clásicas y modernas, que se funden en nuevas combinaciones de disciplinas tradicionalmente independientes como la pintura, la fotografía, el vídeo, la escultura, la performance, el paisaje sonoro y la instalación para dar vida a obras que quieren romper barreras y limites en el tiempo y en el espacio. El uso de las nuevas tecnologías, de hecho, me permite aprovechar la fuerza de la naturaleza híbrida de los medios digitales para moverme en un mundo infinito de posibilidades en el que espaciar sin límites.

Consciente además de que la realidad actual está impulsada por la omnipresencia de Internet, intento entender y reflejar los procesos de cambio sociocultural en constante transformación, prestando particular atención a las nuevas formas de identidad reales y virtuales que se ven influenciadas por la liberación de la información, y a las consecuencias sociales y económicas resultantes del impacto negativo causado por la revolución tecnológica en la era digital que genera nuevas formas de control a través de una infraestructura invisible de vigilancia y censura. Mis obras forman parte de proyectos artísticos amplios en continua evolución que, como organismos vivos, tienen una personalidad compleja que va más allá de mi voluntad como autora. Una identidad que sigue las leyes del libre albedrío y que está por encima de la materia misma. Un aliento, un latido, un alma que transita sus caminos y se mueve por su propio impulso: nace, crece, se alimenta, se reproduce, muere y se transforma para seguir trazando infinitos mapas.

Monica Mura

 

El RetratoNos + Otras en Red, 2015 – 2017

Sa Diosa (detalle) – Sas Diosas. Miradas, sa arèntzia mea, 2015